Ted Nelson es un hombre que vio el futuro de Internet mucho antes de su aparición. Introdujo los términos "hipertexto" y "hipermedia", que sentaron las bases de la World Wide Web. Pero el Internet que se utiliza hoy en día es solo una pálida y distorsionada sombra del concepto original del filósofo.
Nelson soñaba con un universo de conocimiento descentralizado, pero recibió una red centralizada con enlaces rotos y plagio. En el nuevo episodio de "Tanques de Silicio", ForkLog analizó por qué las ideas del visionario estadounidense son más relevantes que nunca hoy.
¿Quién es Ted Nelson?
Teodor Holm Nelson no es solo un pionero de la informática. Es un filósofo y sociólogo que ve los ordenadores no como calculadoras, sino como una herramienta para expandir la inteligencia y la cultura humanas.
El futuro filósofo nació en 1937 en una familia de la actriz Celeste Holm y el director Ralph Nelson. La infancia de Nelson transcurrió tras los escenarios de Hollywood y Broadway, lo que, según él, le ayudó a ver el mundo como un sistema complejo de historias y decorados interrelacionados.
En 1960, cuando las computadoras ocupaban habitaciones enteras y funcionaban con tarjetas perforadas, él ya pensaba en una red de información global para todos.
Nelson no era un programador en el sentido clásico. Era un arquitecto de ideas. Su objetivo principal era crear un sistema que reflejara orgánicamente la no linealidad del pensamiento humano. No pensamos de manera ordenada, de «A» a «Z»: nuestros pensamientos saltan, crean asociaciones, regresan a viejas ideas. Nelson quería que las computadoras funcionaran de la misma manera.
De esta filosofía nacieron los términos "hipertexto" e "hipermedia". Para Nelson, no era simplemente la posibilidad de hacer clic en un enlace azul. Era una forma de conectar toda la literatura, la ciencia y el arte del mundo en una única y en constante crecimiento red de conocimiento.
Proyecto Xanadu: internet que perdimos
Las ideas de Nelson se materializaron en el proyecto Xanadu, su magnum opus. No era solo un sistema, sino toda una filosofía, un repositorio global de toda la información escrita de la humanidad. Xanadu debía convertirse en una red única, donde cada documento estuviera conectado con otros. El proyecto fue anunciado en 1960, mucho antes de la aparición de ARPANET, precursor de la internet moderna.
Técnica e ideológicamente, Xanadu era la antítesis completa de lo que se convirtió en la World Wide Web (World Wide Web, WWW) de Tim Berners-Lee.
Principios clave de Xanadu
En Internet moderno, un enlace es una calle de sentido único. El documento A puede referirse a B, pero este último "no sabe" sobre esto. Si el propietario de B lo elimina o cambia la dirección, el enlace en A se volverá inválido. Esta es la principal razón de la erosión de la información en la red.
En Xanadu, todos los enlaces eran bidireccionales e inquebrantables. Si A hacía referencia a B, entonces B automáticamente hacía referencia a A. Era imposible eliminar o mover un documento sin dejar rastro. El sistema garantizaba que ningún enlace jamás se rompiera. Esto aseguraba la integridad y la conservación del contexto.
Transclusión (transclusion) es una de las ideas más revolucionarias de Nelson. En lugar de copiar y pegar una cita de un documento a otro, Xanadu permitía "incluir" directamente el fragmento original. El usuario veía la cita como parte de un nuevo texto, pero en realidad era un fragmento "vivo" del original, cargado desde la fuente original.
Esto resolvía varios problemas a la vez. En primer lugar, se eliminaba el plagio. Era imposible presentar el texto de otra persona como propio, ya que siempre permanecía vinculado al autor. En segundo lugar, se mantenía el contexto. El usuario podía en cualquier momento acceder al original completo de la cita y ver en qué entorno se utilizaba. En tercer lugar, si el autor del original hacía modificaciones, estas se reflejaban automáticamente en todos los documentos donde se usaba la transclusión.
La version permanente significa que cada documento en Xanadu tenía un historial completo e inalterable de todas sus versiones. No era posible eliminar algo de manera irreversible. El sistema almacenaba cada cambio, permitiendo comparar diferentes estados del documento y rastrear su evolución. En esencia, esto se asemeja a un sistema de control de versiones como Git o incluso a los principios de la blockchain, donde cada nueva entrada permanece para siempre en la historia.
Nelson desarrolló un sistema que recompensaba automáticamente a los autores. Cada vez que alguien visualizaba un documento o su fragmento a través de la transclusión, una pequeña fracción de centavo (micropago) se enviaba automáticamente a la cuenta del propietario del contenido. Era un modelo de negocio elegante, integrado en la propia arquitectura de la red. Fomentaba la citación y el uso de trabajos ajenos, haciendo que este proceso fuera rentable para todos los participantes.
¿Por qué Nelson critica la web moderna?
Cuando en 1990 apareció la World Wide Web de Berners-Lee, rápidamente ganó popularidad gracias a su simplicidad. Pero para Nelson, tal elementalidad fue destructiva. Él llama a HTML "hipertexto para tontos", que distorsionó su concepto original.
Las principales quejas de Nelson sobre WWW:
los enlaces unidireccionales generan caos y páginas muertas (404);
la falta de transclusión ha llevado a una cultura de copia y pega, a violaciones de derechos de autor y a la pérdida de conexión con el origen;
el modelo de publicidad en lugar de micropagos convirtió a los usuarios en producto, no en clientes;
Las páginas web imitan documentos en papel, aunque el espacio digital permite crear estructuras mucho más complejas e interconectadas.
«HTML es precisamente aquello contra lo que hemos luchado: enlaces que se rompen constantemente, citas sin referencia, falta de control de versiones y derechos de autor», escribió Nelson en su libro Literary Machines (1980).
El legado de Nelson en 2025: de Web3 a NFT
Las ideas de Nelson, que parecían demasiado complejas y utópicas en el siglo XX, están experimentando un renacimiento hoy en día. Los conceptos que subyacen a Xanadu son sorprendentemente coherentes con los principios de las tecnologías descentralizadas:
la inmutabilidad y el historial transparente de transacciones en la blockchain es la realización del sueño de Nelson sobre un sistema donde no se puede cambiar o eliminar información en secreto;
los tokens no fungibles resuelven el problema de la confirmación de la propiedad de un objeto digital; este es un paso hacia la idea de la transclusión, donde el autor mantiene el control sobre la obra;
contratos inteligentes y regalías: pagos automáticos de recompensas a los autores al revender NFT: la encarnación directa del sistema de micropagos Xanadu.
¿Qué hay al final?
Nelson no es solo el inventor del término "hipertexto". Es un visionario que vio el potencial y los riesgos del mundo digital mucho antes de su adopción masiva.
Su proyecto Xanadu no pudo competir con el simple y pragmático WWW, pero resultó ser una base intelectual para la próxima generación de internet.
Quizás la guerra por el futuro de la red aún no ha terminado y los principios de Xanadu —integridad, contexto, derecho de propiedad y justicia— aún encontrarán su manifestación en la próxima generación de internet.
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Tanques de silicio: Ted Nelson
Ted Nelson es un hombre que vio el futuro de Internet mucho antes de su aparición. Introdujo los términos "hipertexto" y "hipermedia", que sentaron las bases de la World Wide Web. Pero el Internet que se utiliza hoy en día es solo una pálida y distorsionada sombra del concepto original del filósofo.
Nelson soñaba con un universo de conocimiento descentralizado, pero recibió una red centralizada con enlaces rotos y plagio. En el nuevo episodio de "Tanques de Silicio", ForkLog analizó por qué las ideas del visionario estadounidense son más relevantes que nunca hoy.
¿Quién es Ted Nelson?
Teodor Holm Nelson no es solo un pionero de la informática. Es un filósofo y sociólogo que ve los ordenadores no como calculadoras, sino como una herramienta para expandir la inteligencia y la cultura humanas.
El futuro filósofo nació en 1937 en una familia de la actriz Celeste Holm y el director Ralph Nelson. La infancia de Nelson transcurrió tras los escenarios de Hollywood y Broadway, lo que, según él, le ayudó a ver el mundo como un sistema complejo de historias y decorados interrelacionados.
En 1960, cuando las computadoras ocupaban habitaciones enteras y funcionaban con tarjetas perforadas, él ya pensaba en una red de información global para todos.
Nelson no era un programador en el sentido clásico. Era un arquitecto de ideas. Su objetivo principal era crear un sistema que reflejara orgánicamente la no linealidad del pensamiento humano. No pensamos de manera ordenada, de «A» a «Z»: nuestros pensamientos saltan, crean asociaciones, regresan a viejas ideas. Nelson quería que las computadoras funcionaran de la misma manera.
De esta filosofía nacieron los términos "hipertexto" e "hipermedia". Para Nelson, no era simplemente la posibilidad de hacer clic en un enlace azul. Era una forma de conectar toda la literatura, la ciencia y el arte del mundo en una única y en constante crecimiento red de conocimiento.
Proyecto Xanadu: internet que perdimos
Las ideas de Nelson se materializaron en el proyecto Xanadu, su magnum opus. No era solo un sistema, sino toda una filosofía, un repositorio global de toda la información escrita de la humanidad. Xanadu debía convertirse en una red única, donde cada documento estuviera conectado con otros. El proyecto fue anunciado en 1960, mucho antes de la aparición de ARPANET, precursor de la internet moderna.
Técnica e ideológicamente, Xanadu era la antítesis completa de lo que se convirtió en la World Wide Web (World Wide Web, WWW) de Tim Berners-Lee.
Principios clave de Xanadu
En Internet moderno, un enlace es una calle de sentido único. El documento A puede referirse a B, pero este último "no sabe" sobre esto. Si el propietario de B lo elimina o cambia la dirección, el enlace en A se volverá inválido. Esta es la principal razón de la erosión de la información en la red.
En Xanadu, todos los enlaces eran bidireccionales e inquebrantables. Si A hacía referencia a B, entonces B automáticamente hacía referencia a A. Era imposible eliminar o mover un documento sin dejar rastro. El sistema garantizaba que ningún enlace jamás se rompiera. Esto aseguraba la integridad y la conservación del contexto.
Transclusión (transclusion) es una de las ideas más revolucionarias de Nelson. En lugar de copiar y pegar una cita de un documento a otro, Xanadu permitía "incluir" directamente el fragmento original. El usuario veía la cita como parte de un nuevo texto, pero en realidad era un fragmento "vivo" del original, cargado desde la fuente original.
Esto resolvía varios problemas a la vez. En primer lugar, se eliminaba el plagio. Era imposible presentar el texto de otra persona como propio, ya que siempre permanecía vinculado al autor. En segundo lugar, se mantenía el contexto. El usuario podía en cualquier momento acceder al original completo de la cita y ver en qué entorno se utilizaba. En tercer lugar, si el autor del original hacía modificaciones, estas se reflejaban automáticamente en todos los documentos donde se usaba la transclusión.
La version permanente significa que cada documento en Xanadu tenía un historial completo e inalterable de todas sus versiones. No era posible eliminar algo de manera irreversible. El sistema almacenaba cada cambio, permitiendo comparar diferentes estados del documento y rastrear su evolución. En esencia, esto se asemeja a un sistema de control de versiones como Git o incluso a los principios de la blockchain, donde cada nueva entrada permanece para siempre en la historia.
Nelson desarrolló un sistema que recompensaba automáticamente a los autores. Cada vez que alguien visualizaba un documento o su fragmento a través de la transclusión, una pequeña fracción de centavo (micropago) se enviaba automáticamente a la cuenta del propietario del contenido. Era un modelo de negocio elegante, integrado en la propia arquitectura de la red. Fomentaba la citación y el uso de trabajos ajenos, haciendo que este proceso fuera rentable para todos los participantes.
¿Por qué Nelson critica la web moderna?
Cuando en 1990 apareció la World Wide Web de Berners-Lee, rápidamente ganó popularidad gracias a su simplicidad. Pero para Nelson, tal elementalidad fue destructiva. Él llama a HTML "hipertexto para tontos", que distorsionó su concepto original.
Las principales quejas de Nelson sobre WWW:
«HTML es precisamente aquello contra lo que hemos luchado: enlaces que se rompen constantemente, citas sin referencia, falta de control de versiones y derechos de autor», escribió Nelson en su libro Literary Machines (1980).
El legado de Nelson en 2025: de Web3 a NFT
Las ideas de Nelson, que parecían demasiado complejas y utópicas en el siglo XX, están experimentando un renacimiento hoy en día. Los conceptos que subyacen a Xanadu son sorprendentemente coherentes con los principios de las tecnologías descentralizadas:
¿Qué hay al final?
Nelson no es solo el inventor del término "hipertexto". Es un visionario que vio el potencial y los riesgos del mundo digital mucho antes de su adopción masiva.
Su proyecto Xanadu no pudo competir con el simple y pragmático WWW, pero resultó ser una base intelectual para la próxima generación de internet.
Quizás la guerra por el futuro de la red aún no ha terminado y los principios de Xanadu —integridad, contexto, derecho de propiedad y justicia— aún encontrarán su manifestación en la próxima generación de internet.